Estos trastornos son secundarios a trastornos sobreañadidos que requieren un tratamiento específico (neumopatías infecciosas, embolias pulmonares, neumotórax, insuficiencia cardíaca izquierda, errores terapéuticos, etc.) o a exacerbaciones de los fenómenos inflamatorios bronquiales y de los síntomas crónicos (broncorrea, tos, disnea).